top of page

el blog

Historias de la vida mágica de los mayas

Aprende sobre el Tzolkin Sagrado, descubre historias reales de la Magia Maya, lee más sobre el Chamanismo y la Vida Maya. Lo sobrenatural se entrelaza con todo aquí, todo está conectado, todo está vivo.

¡Suscríbete para asegurarte de no perderte nada!

Buscar

¡No creerás lo que pisé!

Me dolía el talón. Me dolía muchísimo. Cada paso me dolía. Sabía que me lo había lesionado, pero lo raro fue cómo. (¡Qué raro!)


Estaba caminando justo afuera de mi casa con mis sandalias Birkenstock favoritas (¡les digo la marca solo para que sepan que llevaba un calzado estupendo y protector!) cuando de repente sentí como si hubiera pisado una roca grande y puntiaguda. ¡Ay! Empecé a cojear de inmediato y me agaché para ver qué pasaba. Estaba segura de que era algo duro y grande, y que debería ser fácil de ver. Pero no había nada. ¡Nada!


A la mañana siguiente, al levantarme de la cama, no podía hacer ninguna presión en el pie. ¡Cero! Estaba fatal. Pasé el día estirándolo y por la noche me sentía mucho mejor.


Pero al día siguiente fue peor otra vez.


Durante un mes fue mejorando y empeorando, pero nunca estuvo del todo bien. Qué raro.


Así que fui a ver a Don Francisco, mi amigo sanador maya que trabaja con plantas y energía. Me senté en un taburete de madera en su casa, encendió incienso y sacó la piedra chamánica que usa para leer la energía de sus pacientes. Me frotó el pie con ron empapado en hierbas y luego me miró a través del cristal turquesa para diagnosticar el problema.


No hace falta decir que me sorprendí (y en secreto me alegré) cuando anunció la causa del problema.


“Pisaste un alux.”


Si no sabes qué es un alux, podrías compararlo con un elfo maya. Es un guardián creado por un chamán y que cobra vida con el propósito de proteger tu hogar y tus propiedades. Yo tengo un alux. Quizás no creas en ellos, pero sé que son reales porque he tenido encuentros con ellos.


He visto sus huellas.

Los he oído gritar mi nombre.

He tenido que apagar pequeños electrodomésticos que se han encendido en mitad de la noche.

He visto uno.

Incluso me ha dado una bofetada uno.

¡Pero nunca he pisado uno!

Una piedra alux con ofrendas
Alux que está bien alimentado

“Pasaste por su camino y lo pisaste, y te pellizcó”, explicó Don Francisco.


Luego sacó un colmillo de serpiente y, tras frotarme el pie con ron empapado en hierbas, me lo palpó por todas partes como si fuera acupuntura. Me picó un poco, pero aparte de eso, no pasó nada.


—Puede que tu alux tenga hambre —sugirió Don Francisco.


Quizás por eso me pellizcó el pequeño. Quizás no lo he estado alimentando con suficiente frecuencia. Don Francisco me dio instrucciones sobre cómo alimentar a mi alux para que protegiera mi hogar con gusto y no volviera a pellizcarme.


Me dijo que llenara dos tazones de calabaza con atole y los colocara sobre una mesa. Luego, encendiera una vela y la pusiera entre los tazones. La vela atraería al alux para que supiera dónde ir a buscar su comida. También me dijo que dejara la ofrenda afuera toda la noche y luego tirara el atole sobrante afuera por la mañana.


Por si acaso tienes un alux con hambre, pensé en compartir contigo la receta del atole para que te asegures de alimentar a tu alux y no te picaran.


CÓMO HACER ATOLE PARA ALIMENTAR A TU ALUX

  • Hervir unos 5 granos de maíz hasta que estén blandos.

  • Póngalos en una licuadora con medio litro de agua y licúe hasta que el agua se vuelva blanca.

  • Vierte el atole en tus tazones de calabaza.

  • Añade unas cuantas hebras de seda de maíz a cada recipiente.

  • Coloque los cuencos sobre una mesa baja con una vela encendida.

  • Déjalo afuera durante la noche (puedes apagar la vela cuando te vayas a dormir si lo deseas. No quiero que quemes tu casa)




Ah, y por cierto… si aún no tienes un alux… no compres uno.


Haciendo atole,

Laura


PD: Mi talón está curado.

 

 

 

 
 
 

Comentarios


bottom of page