El secreto detrás de la magia que se siente en un pueblo maya

Hay algo mágico que ocurre al visitar los pequeños pueblos de Yucatán. La vida tranquila de los mayas tiene un profundo impacto. Los brillantes tonos rosa de las buganvilias que cubren las humildes casas de bloques de cemento con techos de palma despiertan algo muy profundo en ti. Los niños jugando y los perros durmiendo la siesta en el camino dicen mucho, algo que tu alma escucha y tu mente siente, pero no logras comprender.

Algo es diferente. Es pobre, pero hermoso. Hay una sensación de libertad que te atrae. La comida sencilla huele deliciosa y se te antojan tortillas de maíz caseras untadas con manteca aceitosa y espolvoreadas con sal. Ves un grupo de tres cruces rústicas de madera, con la pintura descascarada, con tres velas de plástico encendidas delante, y sabes que son sagradas y poderosas.

Es casi como si estuvieras en una especie de trance. Los detalles se distinguen con mayor claridad, el tiempo parece ralentizarse, todo se siente completo, a pesar de su humilde apariencia, todo se siente hermoso y profundamente rítmico, como si estuviera hecho de agua que brilla en diferentes colores y se mueve por corrientes subterráneas, de alguna manera diferente pero a la vez igual.

Estás sintiendo la conexión.

Solemos vivir en un mundo que nos hace sentir desconectados. En las Tierras Mayas, no es así. Y cuando pasas tiempo allí, sientes la magia que trae la conexión.

Esta conexión se puede entender mejor y aplicarla en nuestra propia vida si analizamos una creencia maya fundamental.

El poder de la Cruz Maya.

La cruz maya es antigua, pero no tiene nada que ver con el cristianismo. Representa las cuatro direcciones. Cada dirección (Este, Norte, Oeste y Sur) tiene una energía, y muchos elementos la componen. Podemos hablar de colores, vientos, deidades y elementos al hablar de estas cuatro energías, pero para comprender la sensación que se experimenta al entrar en un pueblo maya, ¡necesitamos hablar de TI!

Imagina que estás en el centro de un diamante con una dirección cardinal en cada punto. Imagina que eres el punto central, el Árbol del Mundo. Hay hermosas líneas de energía que van desde el centro de tu corazón hasta cada uno de los cuatro puntos que te rodean. Esta conexión te hace sentir centrado, arraigado, equilibrado y seguro.

Entonces, ¿a qué te conectan estas líneas vibrantes y brillantes?

Al este estás tú mismo.

Al norte está el espíritu…lo SOBREnatural

Al oeste hay otras personas.

Y al sur está la tierra.

En el centro estás tú... conectado a todo.

Ahora prueba esto:

Cierra los ojos e imagina tu conexión contigo mismo . ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien conectado? ¿Vives como tu yo auténtico? ¿Respetas tus necesidades? En cuanto cierres los ojos, sabrás si necesitas fortalecer tu conexión contigo mismo.

Luego imagina tu conexión con lo SOBREnatural. ¿Cómo se siente? ¿Es débil o fuerte? ¿Te mueves en armonía con el espíritu?

Ahora imagina tu conexión con las demás personas de tu vida . ¿Son saludables tus relaciones? ¿Te permites ser abierto con los demás? ¿Sientes alegría al conectar con los demás?

Y por último, imagina tu conexión con la tierra. ¿Es fuerte? ¿Pasas tiempo a menudo en la naturaleza? ¿Sientes que estás en armonía con los ciclos de la naturaleza?

Don Miguel, el guardián de las historias de una aldea maya donde pasamos mucho tiempo, me dijo una vez que las cuatro energías son como las cuatro patas de una mesa. Deben estar en equilibrio, o no puedes encontrar tu centro, no puedes encontrar tu lugar en el Universo.

¿Están las cuatro patas de tu mesa en equilibrio? ¿En cuál o cuáles crees que necesitas trabajar?

Puede parecer que el pueblo maya no tiene muchas cosas mundanas, pero está profundamente conectado.

Y eso hace toda la diferencia <3

Abrazos y mariposas

Laura